Desde el punto de vista físico, pueden recibir una alimentación buena y no contaminada, con lo que, en un solo verano, pueden recuperar una parte de su retraso en el desarrollo, y reducir su nivel de radiactividad entre el 30 y el 40% -según datos del instituto independiente de seguridad radiológica BELRAD y resolver otros problemas médicos: tratamiento de dermatitis, arreglos dentales, oftalmológicos, etc… Desde el punto de vista psicológico pueden divertirse y pasárselo bien, aprender que el mundo puede ser un lugar acogedor en el que hay personas buenas que les quieren, y que les demuestran que ellos son importantes, valiosos y dignos de ser queridos. Pero además, el cariño, la ayuda y el contacto podrán seguir durante el invierno en forma de llamadas, cartas o paquetes y de la posibilidad de volver el próximo verano. Se fomenta la interculturalidad.
Aquí puedes ver vídeos sobre la utilidad de que los niños vengan a España. (CANAL DE YOUTUBE ASNIA) y en el apartado de Redes Sociales