Proceden de las regiones bielorrusas que aún hoy siguen afectadas por el desastre de Chernóbil que, como es sabido, liberó a la atmósfera una radiación equivalente a unas 500 bombas de Hiroshima y cuyos efectos más graves se dejarán sentir a lo largo de unos 300 años. Los niños viven de orfanatos y en familias muy humildes en las que con frecuencia las condiciones de vida son mucho más duras que en los propios orfanatos, así como niños con necesidades especiales, siendo nuestros programas de tipología común, donde no vienen menores con diagnósticos clínicos crónicos necesitados de seguimiento médico o medicación prescrita de forma permanente, ya que estos niños entran dentro de lo que llamamos «programas especiales».
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